lunes

¿DÓNDE ESTÁN LOS LÍMITES DEL ARTE?



David Nebreda, fotógrafo y dibujante madrileño. Le fue diagnosticada esquizofrenia paranoide a edad temprana. Vegetariano desde los 20 años, practica la abstinencia sexual, y se somete a severos ayunos que le mantienen un estado de delgadez extrema. Vive solo en una casa en Madrid que solo tiene 2 habitaciones, la cual usa como taller y casa. También disfruta autolesionándose; causándose quemaduras, heridas, llagas y cuanta cosa se le ocurra.

Sus imágenes llegaron a las manos del galerista Renos Xippas quien le dedicó una exposición en su galería de París, fue allí donde Léo Scheer descubrió su obra, impresionado por su fuerza decidió hacerse editor para poder divulgar su obra. Ha publicado ya dos libros de fotos. Autodidacta dentro de la fotografía, sorprende por su sabia utilización de la técnica, el dominio de la luz y los claroscuros de sus fotografías, no manipula el positivado aunque si utiliza la doble exposición.




Su obra es casi desconocida en España, en Francia ha sido promocionada por gente de la categoría del antes citado Léo Scheer, filósofo crítico y uno de los promotores de Canal+ Francia, e incluso ha sido objeto de un artículo de Jean Baudrillard.
El único referente cercano a su obra puede ser la del artista Joel-Peter Witkin, aunque el busca sus modelos en personas ajenas o en cadáveres, no como Nebreda que basa todo su trabajo en su propia persona.
Heridas, sangre, excrementos. Castigo y dolor físico extremo impuestos por voluntad propia y captada con una cámara.




David Nebreda ha estado al borde de la muerte. Estuvo internado en varias clínicas durante años hasta que un día decidió abandonarla, dejando el tratamiento sin importarle.
Tras pasar por todo este tipo de mutilaciones, Nebreda encuentra el escenario perfecto para tomarse fotografías. “Nebreda consigue negarse absolutamente y plasmar esta auto-negación como obra de arte”, escribió el filósofo francés Jean Baudrillard.

En sus fotografías David aparece desnudo, con la piel pegada a los huesos y el cuerpo lacerado, así como también embarrado de su propio excremento. En su autoexilio, Nebreda crea una gran cantidad de autorretratos y algunos dibujos que fueron pintados con su sangre. Hoy se encuentran en la edición Autoportraits, realizada por Léo Scheer. Obras cuidadas hasta en el último detalle en el sentido de la iluminación y decoración de lo que era su mundo sin salida, su espacio donde el mandaba y no tenia que obedecer a nadie.




El autor intenta de este modo tan dramático mostrar su vulnerabilidad y mortalidad para mostrar su realidad. “he pagado mi precio, pero estoy orgulloso de ello. No soy un masoquista o un fotógrafo de heridas”, argumenta Nebreda.

Se trata de una persona enferma, con esquizofrenia, que incluso llega al punto de autolesionarse y hacerse quemaduras, sin embargo se ampara bajo el arte, pues si no fuese así se encontraría en un psiquíatrico curándose de su enfermedad.
Hasta qué punto se deben de fomentar estas prácticas como arte si a lo que estamos asistiendo va encontra de cualquier derecho humano.

4 comentarios:

  1. Poco conozco de este artista, pero no creo que se esté atacando a sus derechos en ningún momento. No hay ningún derecho (ni deber) que prohiba o alente la autolesión.

    ResponderEliminar
  2. Opino lo mismo que MZ, no está atacando con su obra a terceras personas, las lesiones se las provoca a él mismo, no decide pagar a una prostituta y golpearla.

    ResponderEliminar
  3. A mí me parece lo que es, un enfermo, lo que hace se puede considerar arte o no, cada uno con su criterio...
    Automutilarse y plasmarlo en fotografías me parece forzar la máquina demasiado... crea arte o vende imagen?
    De todas formas creo que debería estar en un psiquiátrico, y no en su pequeña casa de dos habitaciones en quién sabe donde

    ResponderEliminar
  4. En algunos países, la autolesión continuada trae como consecuencia la imposición de un tutor estatal o, en casos graves (tal y como considero a éste, ya que no solo se autolesiona sino que se benecificia de ello) el ingreso en una institución psiquiátrica. En estos casos, la responsabilidad pasa a ser del estado, que tiene que garantizar la seguridad y protección del individuo en cuestión, declarado administrativamente incapacitado. Lo que quiero decir con esto es que esta persona debería estar como mínimo en tratamiento, ya que se ve a todas luces que no es un "artista", sino una persona que está enferma y con claros problemas mentales, por lo que si la administración permite esto, e incluso lo fomenta, puede considerarse responsable subsidiario de lo que a ésta persona pueda ocurrirle.

    ResponderEliminar