Esta escultura ha causado indignación pública. Sin embargo, la censura de la obra también ha causado un gran revuelo. La escultura, de Paolo Schmidlin, retrata al Papa, Benedicto XVI, llevando nada más que unas ligas en la pierna, una braga y una estola. La escultura, que se adorna con una rubia peluca, ha ofendido a los católicos de la Liga Anti-Difamación, que amenazaron con presentar cargos contra los organizadores y promotores donde se exhibiera la escultura por difamar a un jefe de Estado.
Este tipo de artistas buscan el éxito a través de la polémica y la provocación. Consideramos que es una forma fácil y muy recurrente de darse a conocer. Una obra de arte brilla por sí sola sin tener que utilizar a un personaje de ámbito público.